"MAÑANA ES TARDE Y PRONTO SE PONE LA NOCHE". |
Entre los límites de la comprensión y la incomprensión.
Encerrado en la pecera.
Condenado al silencio, a la ignorancia, a la inmovilidad....
En esta pecera siempre suena la misma melodía machacona
El sueño te vence, los músculos se agarrotan,
tus pies y tobillos se hinchan.
Las alucinaciones y la duermevela.
Los proyectos, las mujeres bonitas, el lujo,
el homosexual que predica sus fechorías, la triste Magdalena penitente,
las dos gracias buscando su tercera...
Lo superficial , lo intranscendente
que se convierte en vital e importante.
Las alucinaciones y la duermevela.
Los proyectos, las mujeres bonitas, el lujo,
el homosexual que predica sus fechorías, la triste Magdalena penitente,
las dos gracias buscando su tercera...
Lo superficial , lo intranscendente
que se convierte en vital e importante.
A veces la luz pega en el cristal y puedo observar mi rostro.
Las sienes despobladas, las arrugas de la frente,
la quemadura en mi mejilla izquierda.
Qué viejo estás!.
Cuanto tiempo perdido ha pasado?.
El hilo se ha roto.
Quien soy?, Dónde están mis 21 gramos?.
Soy el muñeco de la pecera, que como los relojes del escaparate,
se malogran y deterioran en una eterna exposición a 48 grados.
Cuando la luz pega en el cristal, veo a Dorian Gray retratado
y me siento ahún más miserable.
El gigante egoista vigila en la pecera
buscando tal vez la expiación abrazado a un niño con las manos ensangrentadas...
las famosas heridas del amor.
Amor, expiación.
Y el cuerpo de de una golondrina
llace en una carbonera esperando la restauración
en las las alas de un angel.
Amor, expiación , restauración.
Y el plomizo corazón roto del principe feliz
espera a ser fundido al redimirse.
Amor, expiación, restauración, redención.
El pájaro se inmola en las espinas
de un rosal para que germine la rosa.
Sacrificio. Inutil sacrificio.
El amante tiró la rosa.
OLVIDO.
PREFACIO.
"Y el Gigante Egoista paseaba con su niño sobre los hombros en una noche estrellada.
Y el pequeño, mirando la luna gritó:
LUNA!!, LUNA, MÉN!!!.
Y por un momento, tan sólo en un instante, el gigante vió que la luna se acercaba y tocaba sus manos..."